Mientras estudiaba me surgieron un par de propuestas de exposiciones, colaboré en muestras internacionales en la Fundació Miró y también fui seleccionado en el concurso de pintura Tardor en Ibiza.
Después de terminar el proyecto final de carrera volví a la isla, esta vez con toda mi producción y con el conocimiento que había adquirido durante esos 4 años en Barcelona.
2010 fue un año productivo: exposición individual en el Centre Sociocultural s´Alamera d'Eivissa y en diciembre exposición colectiva en el Centre Cultural Can Jeroni, San Josep, Eivissa, una exposición que celebraba el 25 aniversario de la Escuela de Artes de Ibiza.
Actualmente vivo en Berlin con la intención de seguir cultivando mi interés por el arte.
Desde finales del año 2009 forma parte del espacio “El Apartamento”, situado en Santa Cruz, espacio cultural polivalente y centro de producción para artistas. A parte de ser un espacio para la creación de los proyectos individuales de cada artista es también un espacio donde se gestan proyectos colectivos, como por ejemplo los “open studio”.
La obra de Adrián Martínez utiliza materiales delicados y frágiles como alfileres, hilo o cartón, con los cuales se construyen dibujos e instalaciones de carácter efímero. Así como también fotografías o dibujos realizados con grafito sobre papel. Todas las obras giran en torno a la importancia de la mirada, debido a la saturación de imágenes en la sociedad actual, que derivan en una “ceguera” de tanto ver.
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El trabajo presentado no es imperativo, sino que cuestiona, muestra una serie de dudas donde es el espectador quien debe responderlas. La mayoría de las piezas se podrían clasificar como obras instalativas de una poética delicada, dándole importancia al material y al proceso de realización. Es del dibujo, una disciplina procesual, desde donde parte la realización de la obra, es el que teje el discurso. Este método le baja el tono a la obra y hace que la obra no sea tan “espectacular”, y es quien a su vez le da fuerza y rotundidad al lenguaje discursivo.
Se coloca al espectador frente a obras que utilizan la iconografía de la isla y con ello del naufragio. Metáfora utilizada para ilustrar al fin y al cabo a personajes a la deriva. Las obras juegan con la doble intención de traicionar la percepción del espectador, poner en cuestión la veracidad de la imagen hoy en día, y piden que te acerques a las obras para mirarlas detenidamente. Detener y mirar, ver más despacio las cosas en este vertiginoso mundo lleno de imágenes donde puede que a veces las apariencias suplanten a la realidad.
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